En esta nueva entrevista de mi sección “Charlas con salud” entrevisto a Antonio Ortí. Antonio es periodista y escribe en medios como La Vanguardia y Objetivo Bienestar. Ha escrito ocho libros entre los que destaca “Comer o no comer”, una publicación donde responde a 100 mitos de la alimentación. Además, tiene una web con el mismo nombre que pretende ser un observatorio sobre mitos alimentarios y dietas milagro.
Entrevista sobre mitos de la alimentación y dietas milagro con Antonio Ortí
Hola Antonio. Me gustaría empezar esta entrevista con el plato fuerte, los mitos. ¿De dónde salen los mitos de la alimentación? ¿Por qué hay tantos?
Los antropólogos aventuran una hipótesis según la cual el aumento del número de mitos es igual al aumento del número de alimentos. Por lo tanto, ahora habría más que nunca porque también hay más alimentos que en ninguna otra época.
O sea que como tenemos más variedad de productos alimenticios, también surgen más mitos alrededor de esos productos.
Podría ser, aunque tampoco creo que sea la principal causa. Yo creo que la alimentación se ha convertido en un asunto muy embrollado y muy importante al mismo tiempo, donde cada cual maneja sus propias teorías. ¿Cómo surgen estos mitos? Pues de muy diversas maneras. A veces puede ser un comentario de café, copa y puro; otras veces es un remedio de la abuela; también puede ser una web que quiere aumentar el número de visitas y saca un titular muy impactante.
¿Y cual es la causa de la propagación de estas creencias?
Es posible que influyamos los periodistas, que actuamos como correa de transmisión. Pero ahora que veo que te ríes, aquí aparece la duda de qué fue primero si el huevo o la gallina. Por que claro, los periodistas en teoría no sabemos de nutrición, salvo los que nos hemos especializado un poquito, aunque tampoco somos expertos. Con esto te quiero decir que los mitos salen de alguna parte y muchas veces los creáis los propios nutricionistas.
Hombre…
Fíjate en la diferente consideración que han tenido los alimentos desde hace unos años hasta ahora. Antes de esta entrevista estábamos hablando sobre el colesterol.
Sí.
Pues hace nada se decía que el aceite de oliva y el pescado azul eran muy malos para el colesterol.
Bueno y el huevo, que todavía se sigue diciendo aunque se ha comprobado que no es así.
Claro, esto tampoco lo dijimos los periodistas. Fuisteis los nutricionistas, que os equivocasteis, porque la nutrición es una ciencia cambiante. En aquellos momentos el enemigo público número uno eran las grasas, como después lo serían los hidratos de carbono y también las proteínas y eso dio lugar a unas determinadas creencias.
Hay que decir que los mitos muchas veces se transmiten inocentemente, porque de alguna forma son atajos. Son pequeños secretos que nadie sabe y que se transmiten un poco clandestinamente y claro… cuando te dicen una cosa que es increíble y que además es secreta pues tu a su vez tienes muchas ganas de hacerla correr. Pero otras veces no, otras veces hay un interés económico detrás del mito. Detrás de ese interés puede haber un médico que alienta una dieta milagro o una nutricionista que está haciendo ahora lo que se llama “investigación aplicada”.
¿Investigación aplicada?
Me refiero a cuando viene una multinacional y te pide que investigues para un determinado producto, para que ellos puedan utilizar tus investigaciones como argumento de venta. Con ese tipo de estudios lo que se hace es un poco exagerar.
Se suele mostrar una parte de la realidad
Pero no una parte esencial, sino la parte más deslumbrante. Esto me trae a la cabeza una frase del humanista José Luis Sampedro. Él decía que los periodistas y en este caso los nutricionistas también por extensión, deberíamos más alumbrar que deslumbrar. Sin embargo la tendencia actual es la contraria. Se tiende más a deslumbrar que a alumbrar.
Cuando los profesionales de la salud transmiten un mensaje deben alumbrar y no deslumbrar Clic para tuitear
Que es lo que busca un periodista cuando necesita un titular… ¿no?
Pero claro, por alusiones te diré que cuando hablas de los periodistas, es como hablar de los catalanes, o de los españoles o de las mujeres, o de los economistas…
Tienes razón, no hay que generalizar. Pero estarás de acuerdo en que hay muchos periodistas que buscan ese tipo de titular.
Yo en estos tiempos de descrédito de la profesión, te diría que los periodistas aportamos el método científico. Estamos en una época de mucha opinión y en la que cualquiera puede opinar de cualquier cosa. Pero hay cosas que no son opinables, por ejemplo, tu ahora te has reído y eso es así, no es opinable. Lo que hacemos los periodistas es hablar con la gente que sabe, confrontar un poco las opiniones y leer mucho e investigar lo suficiente hasta tener una opinión formada.
Ahora me viene a la cabeza cuando salió la noticia de la OMS y la carne roja. La noticia fue cubierta por todos los medios, no solo por aquellos que suelen cubrir noticias de alimentación y salud, porque la noticia era muy alarmante. En general las noticias aportaban más miedo que información, es decir, más que alumbrar deslumbraban.
Pero no lo dirás de todos los artículos.
No, claro, no todos…
Todo esto de la carne se sabía desde años atrás. Lo que no entiendo es por qué no se dijo antes. ¿Tu sabes la respuesta?
Hicieron una revisión de diferentes estudios que ya se habían llevado a cabo para sacar conclusiones. Fue entonces cuando publicaron la notificación pero los estudios eran de hace años.
Yo el problema que veo tal y como recuerdo lo que sucedió, es que no se contextualizaban esas informaciones. Se decía que el consumo de 50 g, de carne procesada aumentaba en un 18% las probabilidades del cáncer de colon y recto. Claro, lo que habría que decir al lado de eso es que el tabaco lo incrementa un 1500% y que el alcohol, también el vino y la cerveza cuyo consumo fomentan algunos nutricionistas, lo incrementa en un 600%. Cuando te dan poco espacio y no te dan tiempo es normal caer en informaciones de este tipo que son más sensacionalistas que otra cosa.
Hoy en día la alimentación no solo sirve como acto de nutrición, sino que también se utiliza mucho para expresar ideologías ¿De donde crees que surgen las tribus gastronómicas?
Antes, alimentarse se hacía principalmente por razones fisiológicas, para nutrirse, como tu bien dices. Hoy parece que se ha convertido en otra cosa, que uno con la alimentación a parte de nutrirse quiere expresar un poco cuál es su visión del mundo y de tu ideología.
La alimentación no solamente sirve para nutrirse sino también para expresar ideologías y valores Clic para tuitear
¿Por ejemplo?
Cada vez hay más partidos nutricionales, hasta el punto de que cada vez hay más facciones que quieren trasformar a la sociedad a partir del estómago. Hoy en día es bastante difícil ser “gatroapolítico”. Estos partidos se apartan de lo que sería el centro sociológico que debería estar situado en ser omnívoro. Ahora tienes el partido de los defensores de los remedios de la abuela, los paleolíticos, los ayunadores (de los ayunadores terapéuticos porque cuando te cobran 600€ por una semana de ayuno te tienen que decir que es terapéutico), el partido de los ayurvedas…
Los veganos…
Toda esta gente lo que expresa es una concepción del mundo y en ese sentido, cuando tu los intentas, y esto a mi me ha pasado, convencer con argumentos nutricionales, es totalmente imposible por buenos que sean los argumentos. Lo que ellos exponen está mucho más allá de la nutrición. Como decía Arnold Bender, un nutricionista británico, la gente cree lo que quiere creer con independencia de los hechos. Y es así, son como religiones laicas. Además se junta otra cosa, y es que cada vez creemos menos en el más allá para creer más en el más acá.
Por la época en la que estamos viviendo si que es verdad que la gente tiene mucha tendencia, sobre todo también con la alimentación, a irse hacia oriente. En oriente cada alimento es un medicamento y esta concepción está en el origen de muchos de los mitos.
Claro la gente quiere creer que comiendo un determinado alimento mejorará su estado de salud.
La gente quiere creer. Creer, lo dejamos ahí. Y luego quiere creer, porque está harta de pastillas y de remedios farmacológicos, con razón, que lo que se consigue con un fármaco lo puede conseguir con un alimento. Obviamente no siempre es así.
Con todo lo que te acabo de decir, creo que la alimentación debería ser mucho más vegetal como hace 30 o 40 años. Lo que pasa es que cuando se habla de la dieta mediterránea, no es porque la gente lo eligiera voluntariamente. Era una situación que venía impuesta, había muy pocos productos, casi todos vegetales y la gente subía escaleras porque no había ascensores.
Bueno en eso consiste la dieta mediterránea.
Sí pero no fue una situación libre y voluntaria, que tendría mucho más mérito. Lo ideal sería que pudiendo hacer otras cosas, la gente en aquel entonces hubiese optado por la dieta mediterránea. En aquel momento puntual las circunstancias llevaron a que se siguiera una dieta que luego ha sido ensalzada, con razón, como la más saludable del mundo.
Muchas gracias por la entrevista Antonio.
Gracias a ti.
Deja una respuesta